Una mezcla muy curiosa entre lo mejor del sureste asiático y España, que también se manifiesta en su cultura conservera.
¿Os imagináis un lechón o una caldereta evolucionados al estilo filipino? ¿O los famosos rollitos de primavera, las sopas o los fideos chinos, pero con un toque un poco más local y diferente? Así es la gastronomía de Filipinas, un país con mucha historia e influencias muy variadas que nos brindan platos tradicionales de varias culturas, pero con adaptaciones locales muy curiosas. Y, por supuesto, podemos apreciar estos pequeños cambios en los ingredientes, especias y sabores también en sus conservas. ¿Queréis un viaje sin moveros de casa? Nos vamos a Filipinas.
Filipinas es un país formado por un archipiélago de islas en la zona del sureste de Asia. Está rodeado de vecinos como Indonesia, Taiwán, China, Vietnam o Malasia, que lo rodean por todos los flancos, excepto la costa este. Sabemos por su historia que Filipinas estuvo colonizado por España durante unos 300 años, desde que en 1565 comenzara la conquista, casi 20 años después de que el portugués Fernando de Magallanes tomase posesión de las tierras y las reclamase para la corona española. Esta colonización acaba en 1898 con la independencia de Filipinas, que coincidió también con la de Cuba en el mismo año.
Claro, al final 300 años de influencia española calaron mucho en la gastronomía filipina. Antes de los españoles, su comida tenía muchos elementos en común con otros países del sureste de Asia y con las islas de la zona de Polinesia. Durante la ocupación española, platos como la caldereta, la paella, el cocido, el pescado frito o la carne o pescado en adobo estaban a la orden del día. Tras la colonización, los platos españoles que se habían asimilado en la cultura filipina se fueron adaptando en sabores e ingredientes a la gastronomía local.
Por ejemplo, hoy la paella tradicional allí se cocina con un arroz más glutinoso, con chorizo dulce y se le añaden rodajas de huevo duro. De las influencias asiáticas siguieron, y siguen, estando muy presentes los platos basados en caldo, el arroz como ingrediente principal, las salsas densas y también ingredientes como el tofu o la salsa de soja. El chile, el jengibre, el vinagre, el tamarindo y la salsa de soja se usan mucho para condimentar y los sabores de sus platos son bastante potentes. Normalmente se suelen acompañar con arroz.
Frutas como el plátano, el coco, la piña o la papaya también se suelen encontrar en postres y en otras recetas. Al ser un archipiélago, el pescado y el marisco son muy populares y forman parte de muchas recetas. ¿Y qué hay del panorama conservero? Los productos más extendidos son la carne y el pescado en conserva. Normalmente suelen estar condimentados con especias picantes, en adobo o en escabeche. El atún, las sardinas o la carne de cerdo son los más representativos.
También se venden platos típicos de la gastronomía española envasados. Algunos ingredientes derivados del coco y envasados en conserva también están muy extendidos. No es raro tampoco encontrar en diversos formatos algunos componentes como judías o frutas en almíbar que se usan para el postre tradicional más importante de Filipinas: el halo-halo. Una mezcla de hielo raspado con leche evaporada, frutas y distintas alubias dulces. En definitiva, sus conservas tienen elementos parecidos a las nuestras, con toques picantes y una personalidad marcada y muy original. ¿Habéis probado alguna?