De herreros…a cultivadores y elaboradores de sus propias conservas vegetales
A veces las historias de cómo alguien llegó a donde está hoy son muy curiosas. En el caso que hoy nos ocupa, además les dio mucha experiencia y habilidades que no esperaban necesitar exactamente. Nos referimos a la conservera Huerta de Tormantos, que nos trae sus riquísimas conservas vegetales desde el pueblo que lleva su nombre. Os quitamos la intriga y os contamos más sobre esta familia.
Tormantos es un pueblo pequeño que está más o menos a unos 60km al oeste de Logroño, la capital de La Rioja. Sabemos que esta provincia ha tenido desde siempre una larga tradición hortícola, con muchas conservas distintas, elaborando y envasando diferentes materias primas vegetales. Tormantos está situado en La Rioja Alta, más o menos a 600m sobre el nivel del mar y, con esa altura, presenta una climatología y unas condiciones del suelo buenísimas para los productos de la huerta.
El pueblo está enclavado en pleno Valle del Río Tirón, lindando con dos cadenas montañosas: los Montes Obaranes al norte y la Sierra de la Demanda al sur. Estos dos “muros de contención” naturales son los que preservan un microclima que combina lo mejor del Atlántico con la suavidad del Mediterráneo en el medio de este valle. Además, la tierra de La Rioja tiene muchas propiedades y una enorme fama de ser tremendamente fértil. El Río Tirón, situado justo encima del pueblo, termina de completar estas características de la zona.
La población de Tormantos ha sabido entender a lo largo del tiempo las peculiaridades de su tierra y ha sabido sacarle el mejor partido mimando el terreno y esforzándose por aprovechar todas sus propiedades. Por eso este pueblo riojano también tiene una amplia tradición hortícola. En este contexto situamos a la familia de la que hoy os vamos a hablar. Una familia que se había dedicado, y en ese momento se dedicaba al completo, al oficio de la herrería.
Como os decimos, el pueblo contaba con mucha actividad conservera. Tanto es así, que la familia tenía un sistema de cerrado de latas que ponían al servicio del pueblo para que lo usaran. Esto fue hasta el año 1960, año en el que ellos mismos comienzan con la actividad conservera. Eso sí, no sería hasta 1987 cuando fundarían la empresa familiar bajo el nombre Huerta de Tormantos. Los inicios no fueron nada fáciles para la familia por la falta de recursos. Pero con tesón consiguieron crear un bonito vínculo con su tierra y las personas a las que les llegan sus conservas.
La familia consiguió entender las peculiaridades de su tierra, respetar sus ritmos y tiempos para que siguiese siendo sostenible y ampliar poco a poco una gama de productos que incluye delicias de la huerta riojana como pimientos, alcachofas, puerros, tomates, melocotones o peras, entre otros. Muchos de sus productos cuentan con sellos eco, porque una de las prioridades de este proyecto es la sostenibilidad desde sus inicios. La familia lleva a cabo todo el proceso, desde la producción y recolección hasta la elaboración y el envasado, todo de manera artesanal. Más de 30 años envasando lo mejor de la huerta del pueblo que los vio nacer. ¿Cuáles de sus tarros os llevaríais ahora mismo a casa?