Desde Freiburg con mucho sabor, cuidado del medio ambiente y mucha creatividad
Ahora es cada vez más conocida y está cada vez más extendida la gastronomía vegana y vegetariana. Aunque lleva presente en países como India desde más allá del siglo VI a.C, no empezó a extenderse en Occidente hasta la antigua civilización griega y el sur de Italia, quedando olvidada tras la cristianización del Imperio Romano. Tendríamos que esperar hasta 1847, cuando nació la primera sociedad vegetariana en Occidente, en Reino Unido y más tarde nacerían otras en Alemania y Holanda. En aquel entonces, la variedad gastronómica la ponía cada casa con aderezos y recetas originales porque en los supermercados había poca o nula oferta de productos como el tofu o el tempeh, que hoy conocemos bien. De ahí surgió la idea de dos amigos, en la década de los 80…
¿Qué pasa cuando viajas a un lugar que te marca profundamente? Eso es lo que le pasó a Klaus cuando viajó a Estados Unidos y probó el tofu. Al volver, comenzó a cultivar brotes en su casa de Freiburg, en Alemania hasta que conoció a Wolfgang. Los dos coincidían en que era una gran idea comercializar tofu hecho en Europa y empezaron a elaborarlo de manera artesanal, con sus propias manos, en 1987 con su proyecto Taifun. El primer paso fue venderlo fresco en el mercado semanal de su ciudad y ofrecer platos para el almuerzo.
Poco después, se convirtió en un producto asiduo en las estanterías de algunas tiendas de alimentación saludable. Hasta 1995 no se mudaron a la que hoy es la sede de Taifun-Tofu y dos años después, en 1997, un agricultor con filosofía ecológica de la zona plantó las primeras semillas de soja. Ese mismo año también zarparon sus primeros pedidos hacia otros países y Klaus decidió dejar la empresa.
A partir de entonces llegarían muchas maneras tanto de diferenciarse en el mercado de los productos ecológicos como de mejorar en sus gestión ambiental y su respeto al entorno. Varias certificaciones y sellos abalan su buen hacer y sus esfuerzos porque todos los pasos del proceso sean lo más sostenibles posible. En 2014, Wolfgang crea una fundación para promover el suministro de proteínas de origen vegetal, la producción ecológica y la distribución equitativa de los recursos naturales, y se marcha de la empresa dejando a Elisabeth Huber a cargo.
En 2017, por primera vez en su historia, el 100% de su producción de soja es originada en Europa y entre 2019 y 2020 se aprueban dos variedades de soja creadas por la empresa: Tofina y Tori. Hoy cuentan con unas 270 personas que trabajan cada día por hacer del tofu un alimento nutritivo, sostenible y delicioso con una gama de productos amplísima y muy sabrosa.
Natural; ahumado; estilo queso feta, sedoso (este es el mejor aliado para los postres veganos); aderezado con alcaravea, cebolla y hierbas; estilo japonés; al curry; con albahaca; y hasta en forma de salchichas. Ante un mercado en los años 80 en el que las opciones vegetarianas eran muy escasas, en Taifun respondieron con creatividad, originalidad y sostenibilidad para llenar las tiendas de productos veganos deliciosos y respetuosos con el medio ambiente. Si tuvierais que incorporar alguno a vuestras recetas, ¿cuál sería?