Desde 1998 recolectando los tesoros más verdes del mar para que podamos disfrutarlos en casa
En Galicia, donde hay muchísima tradición marisquera, pescadera y marinera, conocen muy bien el sabor a mar, y no solo el que atrapan sus cañas y redes. Las algas, o como dicen en Portomuiños “verduras de mar”, son parte de la cultura gallega y de muchas otras en las que el mar forma parte del día a día. Quienes faenan en el mar, a veces no solo buscan deliciosos pescados y mariscos; a veces buscan tesoros verdes llenos de propiedades para deshidratarlos y que lleguen a nuestra mesa con todo su sabor y beneficios. Os contamos más sobre este proyecto gallego que nos encanta.
Igual que hay huertos en la tierra, también los hay bajo el agua. Y el mayor de todos lo encontramos bajo el mar. Rosa Miras y Antonio Muiños los conocen bien porque llevan más de 20 años observándolos y conservándolos también. Antes de dedicarse al mundo submarino, Rosa y Antonio empezaron con el cultivo de hongos, pero en aquel momento había poca cuota de mercado, así que miraron bajo el mar que los rodeaba y allí encontraron la respuesta. La riqueza de algas de Galicia es, desde luego, envidiable.
Recabaron toda la información que necesitaban de la Universidad de A Coruña para conocer bien las algas y sus propiedades, para empezar. Esta labor de observación, estudio y aprendizaje nunca acaba. Y es que, para que la calidad de las algas sea óptima y para que la producción sea ecológica, es necesario observar y respetar lo ritmos que marca la naturaleza. Así llevan desde 1998, año en que abrieron su conservera para seguir estudiándolas y compartir su conocimiento y todos los beneficios de las algas con el mundo.
Sí, sí, con el mundo. Porque empezaron captando el interés de algunos chefs de nuestro país, pero pronto muchos otros países comenzaron a mirarlos de cerca y a reclamar también sus delicias de mar. Es cierto que Japón es un país que tiene mucha tradición de consumo de algas y, al igual que España, es un país en el que confluyen las aguas de dos mares distintos. Pero también es verdad que, tanto aquí como en otros países europeos, cada vez se muestra más interés por las propiedades de las algas y sus posibilidades en cocina.
Esa confluencia de océanos con aguas distintas de la que os hablábamos, y que beneficia a Japón y a España, crea una riqueza enorme en las praderas submarinas de algas. La conservera de Rosa y Antonio se compone además de Xandra y Antón, que redondean este proyecto familiar. Toda su producción es sostenible y ecológica, sin componentes o procesos químicos, y muchos de sus productos, además, son veganos. Con esta calidad, no nos extraña que a día de hoy vendan ya toneladas de algas.
Y es que en su catálogo no cuentan solo con algas por sí solas. También tienen productos basados en ellas como pastas de sémola de trigo y algas o infusiones, pero también conservas de mejillones con algas, huevas de erizo de mar o su delicioso hígado de rape, que tiene buenísima fama y del que ya os hemos hablado alguna vez. No nos extraña que este proyecto haya tenido tanto éxito con productos de tan alta calidad. ¿Cuál os ha entrado más ganas de probar?