Una estupenda fuente de yodo, fibra, minerales y proteínas vegetales de calidad.
En inglés las algas se llaman seaweed, hierba de mar, y en muchos países es un imprescindible en su gastronomía. Pero, aunque el primer país que se nos viene a la cabeza es inevitablemente Japón, hay vida más allá del sushi y el ramen. Otros países como China o Escocia también tienen en las algas grandes aliadas para crear delicias en la cocina. Su sabor salado, su textura (dependiendo del tipo) y su color dan mucho juego para darle un toque diferente a nuestras recetas. Os contamos un poco más sobre estos vegetales marinos fascinantes y todo lo que nos pueden ofrecer.
Es cierto que, hasta hace no mucho, para el público de a pie en España las algas se veían solo como obstáculos que apartar en la playa durante las vacaciones de verano. En pocos sitios se pensaba en ellas como elemento principal de algunas recetas, como condimento o como guarnición. Pero, en parte gracias a la popularidad de gastronomías asiáticas como la china y la japonesa, se han hecho mucho más presentes en nuestra dieta. Gracias a esto hemos descubierto que en zonas de España como Galicia o países que nos quedan tan lejos, como escocia, ya se usaban desde hace mucho,
La popularidad de las algas también ha crecido por otro factor a tener en cuenta: la mayor expansión y difusión de las dietas vegetarianas y veganas. Quienes basan su dieta en ingredientes vegetales deben vigilar sus niveles de yodo, un mineral importantísimo para la regulación de la glándula tiroidea y que es posible encontrar en alimentos marinos de origen animal, como pescados o mariscos. El público veggie encontró en las algas un complemento perfecto para sustituirlos y así mantener el yodo bajo control.
Pero, además del yodo, las algas son muy interesantes por otros componentes. Algas como los espaguetis de mar y muchas otras tienen una alta concentración de fósforo. Y otro de los minerales que destacan en muchas algas es el calcio. Los dos ayudan a mantener sana la dentadura y los huesos y a prevenir enfermedades como la osteoporosis. Las algas también presentan buenos niveles de hierro, aunque este sea más difícil de asimilar que el de origen animal. El selenio y el zinc son otros dos componentes que se encuentran en pequeñas cantidades en estas hierbas de mar.
Hablemos de vitaminas. Las algas presentan buenos niveles de algunas como la Vitamina A, algunas vitaminas del grupo B y también C y E. Estas cuatro se encargan de proteger la piel y la vista, entre otras funciones, y se pueden encontrar en algas como la hiziki, la nori o la wakame, las tres muy típicas de la gastronomía japonesa. La fibra y los mucílagos ayudan a aligerar el tránsito intestinal y son muy beneficiosas para la salud del sistema digestivo.
¿Y cómo las incluimos en nuestra dieta? Lo primero que debemos tener en cuenta es que podemos encontrar las algas en varios formatos, algunos de ellos en conserva. Lo más normal es encontrarlas deshidratadas, por lo que es necesario ponerlas en remojo antes de usarlas. También encurtidas, como la ensalada de wakame, o fritas y listas para enrollar unos california rolls, como la nori. Podemos añadirlas en sopas, como guarnición, en ensaladas, en copos como condimento por encima de poke bowls, en fideos con verduras e incluso para dar sabor de pescado a platos a base de tofu. ¡Creatividad al poder!