Ya os hemos contado alguna vez que siempre es una buena idea tener super conservas vegetales en casa. Por un lado, son aliadas perfectas para esos días en que nos quedamos sin tiempo y, por otro, nos dan la posibilidad de tener siempre verduras de temporada accesibles. Y las alcachofas son un básico que siempre es bueno tener. Son super saciantes, con un sabor y una textura super agradables y con mucha versatilidad. Como aperitivo, en plato principal o para cenas ligeras, con las alcachofas siempre es fácil acertar. Os dejamos algunos de sus beneficios y unas pocas ideas para hacer en casa.
Hay quienes no sabe ni cómo se preparan en casa cuando se preparan frescas y hay quienes no pueden vivir sin ellas. Lo bueno de las alcachofas es que, a pesar de ser una verdura de temporada, es fácil conseguirlas envasadas para consumirlas todo el año. Su temporada abarca los meses de invierno, más o menos a partir de octubre y hasta la primavera, por lo menos en la zona mediterránea. España es el segundo país productor y, dentro de nuestras fronteras, es en Murcia y la Comunidad Valenciana donde más cultiva.
Parece que le ha llegado una época de auge a esta deliciosa verdura, porque ahora es cada vez más fácil encontrarla en los menús de muchos restaurantes preparada de diferentes maneras. No nos extraña. Su sabor suave y su textura delicada la convierten en un manjar. De hecho, lo son. Solo los ejemplares que no reciben golpes, tienen uniformidad de color, frescor y madurez llegan hasta nuestro mercado, cuando decidimos comprarla fresca. Además de sus cualidades organolépticas, sus propiedades nutricionales son muy beneficiosas para nuestro organismo.
Para empezar, presentan la ventaja de ser muy saciantes, lo que puede ayudarnos a tomar un aperitivo healthy un poquito más especial o a preparar cenas ligeras, pero sanas y nutritivas. Se recomienda incluirlas en dietas variadas por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. También por su contenido en fibra (5,4g por 100g), vitaminas A, B, C y E o minerales como el magnesio (42mg por 100g), el fósforo (73mg por 100g) o el potasio (276mg por 100g).
También se recomienda por la inulina que contiene. La inulina, junto con el agua y la fibra, ayudan a tener mejores digestiones, a quemar grasas y a controlar el colesterol. Sus fitoesterlores también contribuyen, además de a controlar el colesterol, a tratar la hipertensión. También son muy apreciadas sus propiedades diuréticas, que vienen bien para eliminar líquidos y toxinas que nuestro cuerpo no necesita. ¿La ventaja de tenerlas en conserva siempre en casa? Que preservan estas propiedades super beneficiosas durante más o menos dieciocho meses. Por eso os la recomendamos como aliada en la despensa para platos como las alcachofas rellenas de la foto de arriba.
Pero también para este clásico con jamón y pisto, para tomarlas con aceite trufado, en ensalada de frutos secos, en crema… Su versatilidad es destacable y combina bien como plato principal o como guarnición de carnes y otros guisos. Por supuesto, también es un acierto incorporarla a arroces, ahora que empieza la temporada de paellas y fideuás. Otra idea deliciosa es hacer un paté con ellas bien escurridas para tomar untado en pan. Esta verdura atemporal apetece en cualquier estación, incluso simplemente recién sacada de su tarro con un poco de buen AOVE y sal.