Desde 1983 creando productos deliciosos inspirados en diferentes comidas de mercado del mundo
Hay casi tantas razones para crear una iniciativa propia, como iniciativas. Muchas conserveras y negocios familiares desean que las recetas de sus antepasados o los viajen lejos. Otras, quieren enseñarle al mundo los productos más típicos de su región. Y otras, además de todo esto, quieren hacer del mundo un lugar mejor y más lleno de sabores. Esta última fue realmente la ambición de Bio-Verde, una iniciativa que os traemos hoy directa desde Alemania. ¿A que queréis saber más? Os contamos.
A unos 48km al oeste de Múnich hay un municipio llamado Eresing. Unas 1965 personas vivían allí en el año 2020 y en total, unas 100 trabajan en las instalaciones de Bio-Verde. La empresa nacía en 1983 con el objetivo de crear salsas y otras delicias que llevasen ingredientes saludables y llenos de sabor a las casas de miles de alemanes. Ya en 1986 ese objetivo inicial se vio muy impactado por otro que cambiaría totalmente de rumbo la manera de trabajar y de elaborar sus productos.
En ese año, 1986, empezó a plantearse la posibilidad de producir todos sus productos exclusivamente con materias primas con certificación ecológica. Ese mismo año empezaron los preparativos y ya en el año 1990 absolutamente todo su catálogo estaba formado por ingredientes 100% ecológicos. Esto parece un paso fácil de dar, pero no lo es en absoluto. Para poder mantener unos estándares de calidad y para poder incluir solo materias primas ecológicas, tuvieron que introducir muchos cambios.
Todos los proveedores de Bio-Verde cultivan ingredientes desde una filosofía y metodología eclógica, lo que ha hecho que la empresa lleve trabajando casi con las mismas familias desde 1990. Una relación tan larga con quienes cultivan sus materias primas ha resultado muchas veces en una amistad larga y fructífera, lo que solo puede traducirse en beneficio para Bio-Verde, los agricultores…y quienes nos sentamos a la mesa. Además de este enfoque desde la producción ecológica, en Bio-Verde no añaden ningún saborizante ni ingrediente artificial a sus deliciosas recetas.
Así, desde los años 90 sus objetivos principales son crear recetas ecológicas y buenas para las personas y el planeta, pero sin perder de vista el sabor, la calidad y las recetas más apetitosas. Además de sus tradicionales salsas y antipasti, desde Bio-Verde también impulsaron otros proyectos de proveedores locales: Charcutería fina de Italia (1993); Salmón orgánico de Irlanda (1995); Cría de trucha orgánica en Bavaria (2013).
Su catálogo está lleno de homenajes a la gastronomía mediterránea, como sus especialidades a base de diferentes quesos, su charcutería italiana o sus deliciosos antipasti, típicos de Italia. También cuentan con ensaladas, salsas, pastas frescas, pestos y untables. A pesar de que los untables, los antipasti y las pastas rellenas son los clásicos de la marca, desde Bio-Verde buscan siempre innovar y sorprender con sus recetas y por eso van incorporando también recetas e ingredientes típicos de otros países como Corea, con sus ensaladas de kimchi, de la zona de Oriente Medio, con sus versiones de hummus, y muchas otras. Nos encantan este tipo de iniciativas que buscan sorprender nuestros paladares y, además, dejar un mundo un poco mejor. Si os dieran a elegir, ¿probaríais primero sus pastas o sus untables?