Como en cualquier dieta, todo depende de los ingredientes que utilicemos.
Hace tiempo que hay un debate bastante encendido alrededor de todo lo que tiene que ver con las dietas basadas en plantas y lo que tiene que ver con el consumo de carne. No venimos hoy a entrar en polémica, sino a poner un poco de sentido común, si se puede, sobre algunos aspectos a tener en cuenta. De entrada, diremos que no hay ninguna dieta mejor que otra, aunque sí hay perspectivas que se pueden tener en cuenta a la hora de decantarse por unos u otros ingredientes. ¿Queréis saber más? Os contamos.
Sabemos que hay muchísima información, y desinformación, acerca del cambio climático en los medios de comunicación, redes sociales e internet. Os planteamos una cuestión: ¿alguna vez os habéis preguntado si vuestra dieta puede contribuir, aunque sea un poco, a revertir o aumentar el cambio climático? La respuesta es sí. Hay algunas cosas que es posible hacer para poner nuestro granito de arena. Y encima disfrutando de comida deliciosa.
Hay una cosa que sí está clara y es que en España consumimos mucha más carne roja al año de lo aconsejable por organismos como la OMS, pero eso no significa que sea necesario dejar de comerla por completo. Significa que es mejor, más sostenible y sano llevar una dieta variada en la que haya muchos ingredientes diferentes en la mesa cada día. Ya os hemos dicho muchas veces que ahí nos pueden echar siempre un cable las conservas de cualquier tipo.
La nutrición sostenible y saludable puede o no serlo en muchos aspectos. Por ejemplo, es posible llevar una dieta basada en plantas o una omnívora (en la que se incluye cualquier alimento vegetal y animal), pero comprando muchos productos ultra procesados envasados en plástico en ambos casos. Aquí vemos en primer lugar que no es saludable por el abuso de procesados, y tampoco es sostenible por el abuso de plásticos, que son muy dañinos para la fauna y flora marina y terrestre, además de para el ser humano. Ninguna de las dos dietas sería sana ni eco, desde luego.
Lo bueno de vivir en un país como España es que disponemos de una amplísima variedad de ingredientes frescos y en conserva. Esto nos puede llevar a elaborar menús buenos para nuestra salud y para el medio ambiente. No es necesario tener una dieta basada en plantas si no nos apetece. Se trata de escoger ingredientes de temporada y envasados de la manera más sostenible posible. Aquí incluimos a las latas y frascos. ¿Sabíais que los pescados y carnes de caza también tienen su temporada de captura igual que los vegetales tienen la de cosecha? Lo bueno de las conservas es que podemos tenerlas en la despensa siempre y disfrutarlas donde y cuando queramos.
Los alimentos en conserva también ponen su granito de arena. Muchos de sus embalajes están hechos de metales reciclables como el aluminio o de vidrio, a los que se les pueden dar muchas vidas. Como hemos dicho arriba, ninguna dieta es mejor que otra. Lo que podemos hacer es tener una dieta muy variada en la que no falten legumbres, frutas, verduras, cereales y frutos secos además de los productos de orgien animal que más nos gusten. También es posible intentar comprar el mínimo plástico imprescindible en el super escogiendo, si se puede, otros embalajes más sostenibles. En resumen: mucha variedad, mucho sentido común y los menos plásticos posibles. Seguro que ya se os han ocurrido varios menús sostenibles con conservas. ¡Contadnos!